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lunes, 10 de mayo de 2010

Escuela de Familias

 ¿Qué son las estrategias educativas y para qué nos sirven?
Es el modo en el que se va direccionando el proceso educativo para lograr los objetivos propuestos

 Algunas estrategias sencillas:
Problema “no quiere hacer los deberes”
Estrategia Las familias tienen que ayudar a los niños y las niñas a desarrollar actitudes positivas a la hora de hacer los deberes, a la vez que incidir especialmente en la organización de la agenda escolar, el espacio y el tiempo en el momento de programar las tareas a realizar. También es interesante reforzar las técnicas de estudio. Pero, ¿cómo lograr que los deberes sean una experiencia más positiva para los hijos e hijas?

En primer lugar es importante que los y las menores entiendan por qué es importante que hagan los deberes encomendados cada día. Es una tarea de los padres y las madres explicar a sus hijos e hijas que nada que realmente merezca la pena se consigue sin esfuerzo y que, por ello, es necesario seguir trabajando después de clase.
Es importante, también, que las familias fijen una hora y un lugar para que los y las pequeñas hagan sus deberes. El lugar escogido puede ser cualquiera donde se pueda trabajar cómodamente y donde no encuentren demasiadas distracciones, aunque es preferible que cuenten con un área, aunque sea pequeña, especialmente destinada al estudio, porque así los niños y las niñas cuentan con un rincón donde mantener sus útiles y herramientas de aprendizaje. Es más importante, en cambio, que los deberes se acepten como parte de la rutina diaria. Siempre tiene que haber un tiempo reservado para las tareas escolares, incluso los días que no se tengan deberes, los niños y niñas tendrán que aprovechar el tiempo de estudio en actividades relacionadas con los conocimientos que ha adquirido, como, por ejemplo, en leer y escribir.

Para ayudar a los niños y las niñas a planificarse es importante saber cuánto tiempo tendrán que dedicar cada día a los deberes.
Es fundamental habituar a los y las jóvenes en el uso de la agenda escolar.
Otro tema es cuánto ayudar a los hijos e hijas a hacer los deberes. Es importante que las familias den aliento a los y las escolares, pero eso no significa tener que resolverles todas las dudas. Es buena idea sentarse cerca de los niños y las niñas mientras hacen sus tareas para que sientan su apoyo. También es importante ayudar en ciertas partes de la tarea e, incluso, participar escuchándoles cuando leen en voz alta o explicándoles algún punto que el niño o la niña no entienden bien, por ejemplo, pero no hay que convertirse nunca el padre o la madre que “hace los deberes”.
Si el niño o la niña se resiste a hacer los deberes hay que explicarle las consecuencias claras de esto. Determinar qué sucederá si sus hijos e hijas fallan en cumplir sus obligaciones. Una idea es identificar varias actividades o privilegios de los que los niños y niñas disfrutan todos los días. Si cumplen las expectativas establecidas, continuarán disfrutando de esos privilegios. Si no cumplen, algunos o todos se podrían suspender.
Cuando se deban suspender los privilegios, hay que hacerlo con firmeza, sin enfados pero consecuentemente.
Finalmente, una vez el o la escolar ha terminado sus deberes es interesante que las familias los revisen, ésta es una manera sencilla de demostrar que se está interesado en las cosas de los niños y las niñas. Por eso, hay que revisar que el trabajo esté completo, no que esté correcto.




Problema “no controla la ira”
Estrategia “huella dactilares de los sentimientos” pasos para mantener la calma.
La ira es uno de los estados emocionales experimentados corrientemente tanto por niños como por adultos que nos conducen a situaciones problemáticas, se halla enraizada en nuestra biología, para nuestros predecesores pudo haber supuesto una ventaja vital, pero en nuestros días debe reevaluarse. Cuando la ira alcanza un cierto punto resulta muy difícil controlarla, la primera de las herramientas para ayudar a controlarla es la huella dactilares de los sentimientos, implica que su hijo aprenda a reconocer las más tempranas señales que su cuerpo le transmite cuando empiezan a sentirse furioso, unos aprietan los puños a otros se le acelera el corazón, una vez que le hemos enseñado a reconocer esas “huellas dactilares” utilizaremos la segunda herramienta, los “pasos para mantener la calma”, implica que animemos a nuestros hijos a respirar profundamente y a contar para lograr que la ira descienda de forma paulatina., es importante que se aplique cuando la ira comienza a surgir, no cuando el secuestro emocional está teniendo lugar, la clave de esta técnica está en explicarles este método cuando no experimenten la ira.

Problema “los viajes en coche me vuelven loco”
Estrategia “economía de fichas”
Establecer una gráfica por cada diez minutos que pasen en paz ganaran un punto, por cada diez puntos un premio, puede ser una golosina o elegir la música, esto sería una recompensa por mantener el autocontrol.

Problema “no quiere acostarse a su hora”
Estrategia Es importante marcar que es hora de dormir como una rutina, acostarlos, darles un beso, dejarlos tranquilos y dejarlos dormir solos.
Si vuelven a llorar hay que ir, volver a darles un beso de buenas noches, decirles que se acabó el día y dejarlos. Es importante no bajar al niño de la cama y hacerle saber que estás al pendiente, que puede dormir tranquilo, que no va a estar solo.
Quizás las primeras noches te llame mucho, haciendo las visitas rápidas y reforzando la idea de que es hora de dormir y que ya no es hora de jugar, pronto se acostumbrará a relajarse solito en su cama y dormirse llegada la hora.
El niño aprenderá a tener un hábito sano de descanso y cuando sea grande y tenga muchas tensiones por su trabajo, sabrá dejar a un lado todo y concentrarse en dormir porque es la hora de hacerlo y es salud para su vida.
Es muy importante enseñar a los niños a relajarse, incluso nos podemos ayudar de las respiraciones para hacerlo.
El respirar hondo y pensar solamente en cómo entra el aire limpio a su cuerpo y cómo sale, los puede ayudar a tranquilizarse y dormir más rápido.
Cuando se ha establecido una hora de dormir y los niños han aprendido que ya no es hora de jugar, ni hay opciones de hacer otras cosas, es la oportunidad de acercarte más al niño y tranquilamente hablar de su día.
Ayudarlos a hacer un balance de lo que estuvo bien y mal hecho durante el día. "Me encantó cómo ayudaste a tu hermanita a recoger los juguetes, siempre debemos ayudar a los demás en lo que podamos".
O si hubo algún detalle negativo, no regañarlos a esa hora, pero a través de un cuento podríamos hacerles ver que aquello que hicieron está incorrecto.

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