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lunes, 10 de mayo de 2010

Hoy empieza todo

Recuerdo como nuestra profesora de Practicum, María , nos recomendó esta película, todos estábamos comenzando nuestra andadura por el ámbito social, luego llegaría otras pero nada te impacta tanto como lo primero....
Francia. 1999. 95 min.

Director: Bertrand Tavernier.

Guión: Dominique Sampierom (que fue maestro durante más de veinte años en Hernaing, una localidad del norte de Francia y cuyas experiencias transmite en la película), Tiffany Tavernier y Bertrand Tavernier

Fotografía: Alain Choquart

Montaje: Sophíe Brunet

Música: Louis Sclavis

Producción: Alain Sarde/Little Bear/TF1 Production

Intérpretes: : Philippe Torreton (Daniel Lefebvre), María Pittaresi (Vcaleria), Nadia Kaci (Samia), Veronique Ataly (señora Liénard), Nathalie Bécue (Cathy), Emmanuelle Bercot (señora Tiévaux), Betty Teboulle (señora Henry), Gérard Giroudon (Alcalde), Didier Bezace (Inspector), Marief Guittier (Daniel), Daniel Delabesse (Marc).

Sinopsis: En un pequeño pueblo del norte de Francia, el 30% de los 7.000 habitantes está en paro a causa de la crisis de la minería; Daniel, de 40 años, es el director y profesor de la escuela infantil que sin eludir sus propios problemas personales, asume que pertenece a una larga cadena de hombres y mujeres que han luchado durante siglos por sobrevivir en esa lejana y dura región minera. Y decide que no puede hacer otra cosa que seguir esa lucha. Un día, la madre de una de las alumnas llega borracha a la escuela, sufre un colapso y deja allí a su bebe y a su hija de cinco años. El profesor decide tomar cartas en el asunto, y solicita la ayuda de la comunidad y de los padres de sus alumnos. Su trabajo como docente será cuestionado. Refleja toda la problemática de una pequeña comunidad industrial: paro, alcoholismo, desestructuración familiar, abusos... y sobretodo la falta de esperanza en el futuro que aflora de cada uno de estos problemas. De este modo la escuela se convierte en una isla de color donde los niños pueden escapar de la cruda realidad que les envuelve.

Es película de denuncia, utilizando ciertas técnicas cercanas al documental, cumple con todos los objetivos que se marca, constatando la falta de atención de las autoridades e instituciones públicas hacia la educación infantil, la falta de apoyos a las familias más humildes (por la que los niños terminan pagando), revelando repulsivos movimientos político-burocráticos y otras injusticias de diverso pelaje. Es un homenaje a la figura del educador, auténtico héroe aquí, personificada en el protagonista, Daniel Lefebvre (Philippe Torreton), un hombre que emprende una lucha titánica cada día enfrentándose a toda la precariedad que rodea al centro donde imparte sus enseñanzas a niños pequeños, a veces viéndose obligado a ejercer como asistente social, y luchando contra la miseria moral y material de algunos de los familiares de los alumnos.

El profesor es un hombre extremadamente amable y paciente, pero no duda en ponerse firme para defender sus convicciones en determinados momentos. La ingente cantidad de problemas que se ciernen sobre él le harán flaquear en su contienda cotidiana para sacar adelante a sus pupilos y su vida personal, que también atraviesa por diversas dificultades. Cansado de cargar con semejante peso, Daniel llega a plantearse la posibilidad de dejarlo todo y claudicar, algo a lo que finalmente renunciará gracias al apoyo de la familia y de los amigos.

Premios: Destacan el Premio de la Crítica Internacional del Festival de Berlín y Premio del Público en el Festival de San Sebastián. Hay que señalar que obtuvo diversos premios en sindicatos de enseñanza.

De momento una nueva sesión de Escuela de Familias


¿Qué son las técnicas de modificación de conducta?

La modificación de conducta tiene como objetivo promover el cambio a través de técnicas de intervención psicológicas para mejorar el comportamiento de las personas, de forma que desarrollen sus potencialidades y las oportunidades disponibles en su medio, optimicen su ambiente y adopten actitudes, valoraciones y conductas útiles para adaptarse a los que no puede cambiarse.


Algunas técnicas que nos ayudaran a modificar conductas no deseadas en nuestros hijos.
1. Economía de fichas:
Es una técnica específica para desarrollar conductas incipientes y también para disminuir conductas problemáticas.
En ella intervienen el reforzamiento positivo (las fichas que el alumno ganará por las respuestas deseadas) y el castigo negativo (las fichas que perderá por hacer conductas no deseadas).
La técnica consiste en establecer un sistema de refuerzo mediante la utilización de unas pequeñas fichas o tarjetitas (gomets, clips, etc.) para premiar las conductas que se desean establecer. Realizando las conductas que se determinen previamente los alumnos son recompensados con fichas que posteriormente son intercambiadas por reforzadores materiales y/o sociales que, en un principio se han acordado con el profesor.
Para utilizar correctamente el sistema de fichas, previamente y de modo conjunto (profesor y alumnos) deberán fijar claramente el valor de las fichas o puntos que se otorguen y las conductas que van a ser premiadas. Dichas conductas deben corresponder a aquellas situaciones que el profesor desee implantar en el alumno (disciplina, atención, tarea académica, etc.)
Las fichas deben tener un valor de intercambio muy claro para el alumno y referirse tanto a situaciones gratificantes que se puedan obtener (escuchar durante unos minutos una grabación preferida) como a refuerzos materiales (golosinas, lápices, etc.).
Una vez puesto en funcionamiento el sistema inicialmente se debe reforzar con fichas cada vez que ocurre la conducta deseada para motivar al alumno y lograr implementarla. Cuando la conducta ya está adquirida y mantenida, se deberá reforzar de un modo intermitente. Del mismo modo, los intercambios de fichas o puntos deben ser frecuentes en el inicio de la aplicación del programa para, posteriormente, retardar de modo gradual y progresivo el intercambio.
Cuando las conductas se vayan instaurando y consolidando paulatinamente se debe ir espaciando los intervalos de intercambio de tal modo que se produzca una deshabituación progresiva de las fichas y de los reforzadores que obtiene el alumno reemplazando los anteriores reforzadores materiales por reforzadores sociales (elogio, alabanza, sonrisa, aprobación, etc.).
La técnica está especialmente indicada para la modificación de conductas problemáticas tales como:
Llamar la atención con risas, payasadas, etc.
Alborotar.
Peleas.
Correr y gritar por la clase
Cualquier comportamiento disruptivo.
Y para incrementar el rendimiento académico.


2. Técnica de aislamiento o tiempo fuera:
El aislamiento, como modelo especial de castigo, es una técnica muy utilizada para eliminar una conducta problemática y consiste en separar al niño del contexto en el que está ocurriendo la conducta anómala. Dicha separación o aislamiento debe conllevar una privación social. Por ejemplo: separar a un alumno del resto de compañeros de la clase cuando su comportamiento sea inaceptable y no se pueda ignorar por la gravedad del mismo.
El aislamiento recibe también el nombre de tiempo-fuera (time-out) o receso de refuerzo y uno de los principales problemas que plantea es el de la elección del lugar de aislamiento social (pasillo, patio...). El nuevo contexto en donde se retire al alumno durante un tiempo aproximado de 5 minutos o hasta que cese la conducta anómala, debe ser un lugar en el que no pueda obtener ninguna gratificación o refuerzo porque, de lo contrario, el lugar de aislamiento sería una consecuencia agradable de molestar en clase con lo que se estaría reforzando a esta última.
No sería efectivo la aplicación del tiempo-fuera en un alumno al que se le aísla en el patio y allí tiene la oportunidad de practicar su deporte favorito durante el periodo de tiempo que dura su separación del resto de la clase. Es muy conveniente conseguir la colaboración de otros profesores del Equipo Docente que en esos momentos no den clase o que realicen alguna tarea que pueda ser compatible con la "custodia" del alumno perturbador.
Algunos niños manifiestan comportamientos inadecuados en la clase, especialmente los agresivos. La mayoría de las veces estas conductas alborotadoras son de muy difícil control y resulta poco menos que imposible que el profesor las pueda ignorar produciendo a la vez respuestas emocionales tanto en el propio profesor como en los alumnos. En este caso, el aislamiento consistiría en separar al alumno del resto de compañeros de su clase hasta que cesase en su alboroto para, posteriormente, volverlo a incorporar a la clase.
Pero podría darse el caso de que la "salida" o aislamiento funcionara como reforzador de su conducta alborotadora porque al niño en cuestión no le gusta estar en la clase realizando la tarea escolar. En estos casos habría que determinar cuáles son las actividades reforzantes o situaciones gratificantes para el alumno a efectos de poderlas utilizar contingentemente al aplicar el tiempo-fuera, en el sentido de privación o separación del contexto reforzante.
Para que el aislamiento sea efectivo el alumno ha de experimentar verdadero aburrimiento de modo tal que prefiera estar en la clase a estar aislado, de lo contrario se le estaría reforzando. Si el niño es aislado en el pasillo, encontrar a otros compañeros para contarles su "aventura" resultará reforzante para él. Generalmente los pasillos son desaconsejables porque existen multitud de elementos distractores que no benefician en absoluto la eficacia de la técnica aplicada por lo que sería recomendable el aislamiento en un lugar apartado de la clase o en alguna dependencia donde pueda estar sometido a control, sin peligros y no poder obtener refuerzo alguno ni por parte de sus compañeros ni por la existencia de estímulos gratificantes en el lugar del aislamiento.
Algunas veces suele ocurrir que el alumno entabla un enfrentamiento verbal con el profesor, discusión que debería ser evitada a toda costa y no debería producir alteración emocional en el docente. El alumno ha de conocer previamente cuál va a ser la consecuencia de su conducta sin la necesidad de tener que producirse discusiones acerca del porqué del tiempo-fuera. El tiempo-fuera debe complementarse con otras técnicas de refuerzo para aumentar las conductas contrarias a las que se pretende eliminar.
CONCLUSIONES DE LA EFICACIA DE LA TÉCNICA DEL AISLAMIENTO:
- La técnica del time-out suele ser más eficaz que la ignorancia pasiva de la conducta-problema.
- No es aconsejable un periodo de tiempo-fuera de más de 20 minutos. Los periodos de tiempo más cortos están más indicados.
- Debe asegurarse la correcta dinámica entre salir de clase, permanecer en el lugar de aislamiento y volver a entrar a la clase de tal modo que el funcionamiento no quede a la improvisación y al descontrol de los estímulos que pudieran entorpecer el correcto aislamiento temporal del alumno.
- Si la conducta-problema aumenta al indicársele al alumno que debe permanecer cinco minutos fuera de clase, debe aplicársele un castigo moderado de uno o dos minutos en función de la persistencia del problema. Por ejemplo: si al darle instrucciones al alumno de que se retire porque está dando gritos que perturban el orden de la clase continúa en sus gritos, deberá decírsele que se aumentan en unos minutos más su tiempo de aislamiento por el hecho de persistir en su conducta perturbadora.
- Esta técnica ofrece mayor ventaja que el castigo puesto que no se le ofrece al alumno un modelo negativo de agresión para que pueda constituir una fuente de imitación tal y como suele ocurrir en la aplicación del castigo.
- Si se pone en práctica la técnica del tiempo-fuera o aislamiento para la modificación de conductas altamente disruptivas resulta necesario involucrar a los padres para que sigan las mismas pautas en el contexto familiar.
3. Empleo del refuerzo vicario o modelación:
El condicionamiento vicario es una forma de aprendizaje que tiene lugar mediante la observación de una persona que realiza una conducta y experimenta sus consecuencias. A este proceso se le denomina también modelación.
La observación de una persona que está siendo reforzada por realizar una cierta conducta puede incrementar esa conducta en el observador.
El principio del refuerzo vicario puede ser empleado en el aula para reforzar las conductas positivas de los alumnos que están situados cerca de los más difíciles. Tan pronto como los alumnos difíciles comiencen a manifestar la misma conducta deben ser gratificados por ello. Por razones obvias el refuerzo vicario se desperdicia si se ignora que el observador realiza esa misma conducta. El profesor deberá tener cuidado en el empleo del elogio. Los estudiantes se quejan frecuentemente de que lo que hacen es menos elogiado que lo que hacen los "mimados del profesor". Así, al tiempo que emplea el refuerzo vicario, es conveniente realizar un esfuerzo adicional para advertir las conductas positivas de aquellos alumnos que se revelan difíciles.
En su empleo real en el aula, el principio del refuerzo vicario posee importantes implicaciones en lo que se refiere a la disposición de los asientos. Si los alumnos difíciles se hallan colocados cerca de los que son a menudo reforzados por unas conductas positivas, resultará más probable que los perturbadores adviertan el refuerzo y por eso se beneficien del refuerzo vicario.
Indicios para el refuerzo vicario:
Un profesor debe emplear la mala conducta de un alumno como indicio personal para hallar a alguien a quien elogiar en el aula, preferiblemente un alumno que esté próximo al perturbador. En otras palabras, cada vez que un alumno transgreda una norma, en vez de criticar al transgresor, el profesor recordará o tomará esa transgresión como indicio de que debe hallar a alguien que cumpla la norma y elogiarle por ello.
Conclusión:
CONCENTRACIÓN EN LA CONDUCTA POSITIVA
1. Siempre que sea posible, concentrar la atención en los alumnos que están obedeciendo las reglas e ignorar a los que se comportan inadecuadamente. Ejemplos:
. Comenzar la explicación aunque unos cuantos alumnos aún no presten atención.
. Utilizar la mala conducta como un indicio personal para hallar alguna conducta positiva que reforzar.
2. Asegurarse de que todos los alumnos, incluso los problemáticos, reciben algún elogio, ciertos privilegios, cuando hacen algo bien:
. Examinar la lista de clase para asegurarse de que todos los alumnos están siendo reforzados.
. Permanecer alerta a las posibilidades de elogiar a los alumnos que tiendan a crear problemas.

4. Refuerzo positivo.
Consiste en reforzar al alumno siempre que responda con arreglo a la conducta esperada o deseada.
En la razón fija, cada determinado número de veces que el alumno lleva a cabo la conducta objetivo, es reforzado con un premio o estímulo.
En la razón variable se modifica la frecuencia de los premios, de manera que el alumno no sepa cuándo va a obtenerlo.
En el intervalo fijo el alumno es reforzado siempre que actúe bien durante un espacio de tiempo previa mente establecido.
En el intervalo variable, el alumno es reforzado siempre que realice la conducta deseada a espacios de tiempo diferentes y previamente establecidos, de modo que no sabe cuándo se producirá el refuerzo.
5. Refuerzo negativo.
Mediante esta técnica, siempre que el alumno responda con la conducta deseada, se le refuerza negativamente, suprimiéndole algo que tenía y que para él era desagradable. Se consigue una mayor eficacia del refuerzo negativo aplicándolo de manera continua y permanente.

6. Castigo.
Cuando el alumno lleva a cabo una conducta inadecuada se le proporciona un castigo o algo que para él es molesto, como eliminar algo grato o proporcionarle algo desagradable. La eficacia del castigo es mayor cuando se aplica de modo intermitente. Es una técnica poco recomendada por los efectos emocionales que puede producir.
7. Autocontrol.
Técnica en la que el propio alumno se marca objetivos en relación con su conducta y lleva a efecto la observación de la misma, pudiendo proporcionarse refuerzo a sí mismo en caso positivo o auto castigarse en el supuesto contrario. Esta técnica puede considerar la posibilidad de que el propio alumno autorregule su tratamiento o invente las técnicas a aplicarse a sí mismo.
8. Extinción.
Una conducta que es ignorada siempre que se produce, llega a extinguirse paulatinamente. Esto acontece como consecuencia de no recibir refuerzo y perder fuerza al no presentar interés para el alumno. En ambientes educativos y familiares es una técnica muy apropiada y eficaz, aunque no es tan rápida como el castigo o el refuerzo positivo para provocar el cambio.
9. Asociación de estímulos.
Esta técnica, mediante la asociación de dos estímulos, crea una conducta refleja. Al provocarse uno de los estímulos apareados se produce de forma automática el otro. Es una técnica muy apta para ser empleada en ambientes educativos.
10. Imaginación emotiva.
Consiste en hacer que el alumno imagine una situación o conducta que le provoque ansiedad, asociándola con un estímulo agradable e incompatible con aquélla, logrando que paulatinamente desaparezca la ansiedad. Es una técnica muy útil en el campo escolar .

11. Relajación.
Con la relajación, muscular y psíquica, se logra una distensión y tranquilización del alumno en las situaciones de tensión o excitación.
12. Autosugestión.
Con esta técnica, el alumno se propone o intenta convencerse de la posibilidad de alcanzar ciertos logros. Esta sugestión le proporciona seguridad y confianza, facilitando la consecución de sus objetivos.
13. Racionalización.
Consiste en hacer razonar al alumno sobre la situación a la que se encuentra abocado si persiste en su conducta. Se le hacen ver las posibles consecuencias y perjuicios, tratando de que esta reflexión le provoque el deseo de cambio.

Escuela de Familias

 ¿Qué son las estrategias educativas y para qué nos sirven?
Es el modo en el que se va direccionando el proceso educativo para lograr los objetivos propuestos

 Algunas estrategias sencillas:
Problema “no quiere hacer los deberes”
Estrategia Las familias tienen que ayudar a los niños y las niñas a desarrollar actitudes positivas a la hora de hacer los deberes, a la vez que incidir especialmente en la organización de la agenda escolar, el espacio y el tiempo en el momento de programar las tareas a realizar. También es interesante reforzar las técnicas de estudio. Pero, ¿cómo lograr que los deberes sean una experiencia más positiva para los hijos e hijas?

En primer lugar es importante que los y las menores entiendan por qué es importante que hagan los deberes encomendados cada día. Es una tarea de los padres y las madres explicar a sus hijos e hijas que nada que realmente merezca la pena se consigue sin esfuerzo y que, por ello, es necesario seguir trabajando después de clase.
Es importante, también, que las familias fijen una hora y un lugar para que los y las pequeñas hagan sus deberes. El lugar escogido puede ser cualquiera donde se pueda trabajar cómodamente y donde no encuentren demasiadas distracciones, aunque es preferible que cuenten con un área, aunque sea pequeña, especialmente destinada al estudio, porque así los niños y las niñas cuentan con un rincón donde mantener sus útiles y herramientas de aprendizaje. Es más importante, en cambio, que los deberes se acepten como parte de la rutina diaria. Siempre tiene que haber un tiempo reservado para las tareas escolares, incluso los días que no se tengan deberes, los niños y niñas tendrán que aprovechar el tiempo de estudio en actividades relacionadas con los conocimientos que ha adquirido, como, por ejemplo, en leer y escribir.

Para ayudar a los niños y las niñas a planificarse es importante saber cuánto tiempo tendrán que dedicar cada día a los deberes.
Es fundamental habituar a los y las jóvenes en el uso de la agenda escolar.
Otro tema es cuánto ayudar a los hijos e hijas a hacer los deberes. Es importante que las familias den aliento a los y las escolares, pero eso no significa tener que resolverles todas las dudas. Es buena idea sentarse cerca de los niños y las niñas mientras hacen sus tareas para que sientan su apoyo. También es importante ayudar en ciertas partes de la tarea e, incluso, participar escuchándoles cuando leen en voz alta o explicándoles algún punto que el niño o la niña no entienden bien, por ejemplo, pero no hay que convertirse nunca el padre o la madre que “hace los deberes”.
Si el niño o la niña se resiste a hacer los deberes hay que explicarle las consecuencias claras de esto. Determinar qué sucederá si sus hijos e hijas fallan en cumplir sus obligaciones. Una idea es identificar varias actividades o privilegios de los que los niños y niñas disfrutan todos los días. Si cumplen las expectativas establecidas, continuarán disfrutando de esos privilegios. Si no cumplen, algunos o todos se podrían suspender.
Cuando se deban suspender los privilegios, hay que hacerlo con firmeza, sin enfados pero consecuentemente.
Finalmente, una vez el o la escolar ha terminado sus deberes es interesante que las familias los revisen, ésta es una manera sencilla de demostrar que se está interesado en las cosas de los niños y las niñas. Por eso, hay que revisar que el trabajo esté completo, no que esté correcto.




Problema “no controla la ira”
Estrategia “huella dactilares de los sentimientos” pasos para mantener la calma.
La ira es uno de los estados emocionales experimentados corrientemente tanto por niños como por adultos que nos conducen a situaciones problemáticas, se halla enraizada en nuestra biología, para nuestros predecesores pudo haber supuesto una ventaja vital, pero en nuestros días debe reevaluarse. Cuando la ira alcanza un cierto punto resulta muy difícil controlarla, la primera de las herramientas para ayudar a controlarla es la huella dactilares de los sentimientos, implica que su hijo aprenda a reconocer las más tempranas señales que su cuerpo le transmite cuando empiezan a sentirse furioso, unos aprietan los puños a otros se le acelera el corazón, una vez que le hemos enseñado a reconocer esas “huellas dactilares” utilizaremos la segunda herramienta, los “pasos para mantener la calma”, implica que animemos a nuestros hijos a respirar profundamente y a contar para lograr que la ira descienda de forma paulatina., es importante que se aplique cuando la ira comienza a surgir, no cuando el secuestro emocional está teniendo lugar, la clave de esta técnica está en explicarles este método cuando no experimenten la ira.

Problema “los viajes en coche me vuelven loco”
Estrategia “economía de fichas”
Establecer una gráfica por cada diez minutos que pasen en paz ganaran un punto, por cada diez puntos un premio, puede ser una golosina o elegir la música, esto sería una recompensa por mantener el autocontrol.

Problema “no quiere acostarse a su hora”
Estrategia Es importante marcar que es hora de dormir como una rutina, acostarlos, darles un beso, dejarlos tranquilos y dejarlos dormir solos.
Si vuelven a llorar hay que ir, volver a darles un beso de buenas noches, decirles que se acabó el día y dejarlos. Es importante no bajar al niño de la cama y hacerle saber que estás al pendiente, que puede dormir tranquilo, que no va a estar solo.
Quizás las primeras noches te llame mucho, haciendo las visitas rápidas y reforzando la idea de que es hora de dormir y que ya no es hora de jugar, pronto se acostumbrará a relajarse solito en su cama y dormirse llegada la hora.
El niño aprenderá a tener un hábito sano de descanso y cuando sea grande y tenga muchas tensiones por su trabajo, sabrá dejar a un lado todo y concentrarse en dormir porque es la hora de hacerlo y es salud para su vida.
Es muy importante enseñar a los niños a relajarse, incluso nos podemos ayudar de las respiraciones para hacerlo.
El respirar hondo y pensar solamente en cómo entra el aire limpio a su cuerpo y cómo sale, los puede ayudar a tranquilizarse y dormir más rápido.
Cuando se ha establecido una hora de dormir y los niños han aprendido que ya no es hora de jugar, ni hay opciones de hacer otras cosas, es la oportunidad de acercarte más al niño y tranquilamente hablar de su día.
Ayudarlos a hacer un balance de lo que estuvo bien y mal hecho durante el día. "Me encantó cómo ayudaste a tu hermanita a recoger los juguetes, siempre debemos ayudar a los demás en lo que podamos".
O si hubo algún detalle negativo, no regañarlos a esa hora, pero a través de un cuento podríamos hacerles ver que aquello que hicieron está incorrecto.

diez principios sobre la autoestima

DIEZ PRINCIPIOS PARA MEJORAR LA AUTOESTIMA FAMILIAR

Diez ideas potentes para proteger a tu familia de la rutina, el individualismo, la ruptura y las frustraciones.

1. Disponibilidad

Consiste en dedicar tiempo a atender a nuestros hijos y esposo/a. Con los adolescentes, por ejemplo, no vale lo de, “este tema ya lo hablaremos el sábado con tranquilidad, cariño”. Para el sábado, tu hija de 13 años ya se ha emborrachado y con una amiga y van a hacer lo que se les ocurra, porque el padre estaba “no disponible”.
Hay que estar disponible, porque hay problemas que sólo se arreglan en el momento en que el otro se anima a plantearlo y pide ser escuchado. Recordemos que nuestros padres, al morir, sólo nos dejan realmente el tiempo que pasaron con nosotros. Demos tiempo al otro.

2. Comunicación padres-hijos:

Que los padres hablen menos y escuchen más.
En muchas familias, cuando un padre o madre dice “hijo, tenemos que hablar”, el muchacho piensa “uy, malo, malo”.
¿Por qué? Porque sabe que los padres cuando dicen “tenemos que hablar” quieren decir “te voy a dar un discurso por algo que no me ha gustado”.
Esto cambiaría si los padres se hicieran un propósito: dedicar el 75% a escuchar y sólo el 25% a hablar.
Escuchar a los hijos (o al cónyuge, a cualquiera) es un esfuerzo activo. Hay que soltar el diario, quitar el volumen de la TV, girar la cabeza hacia quien te habla, mirar a los ojos, expresar atención.
Eso es escucha activa, que es la que sirve para mejorar la autoestima de tu familia.

3. Coherencia en los padres y autoexigencia en los hijos.

Uno es coherente cuando lo que piensa, siente, dice y hace es una sola y misma cosa.
No tiene sentido decirle a los niños desde el sofá: “eh, vosotros, ayudad a mamá a quitar la mesa”. Hay que dar ejemplo primero.
Tú, padre, has de quitar la mesa durante 5 días, que te vean. El quinto día dices a tu hijo: “venga, ahora entre los dos”. Y dos días después: “estoy orgulloso de ti, ahora ya has aprendido y ya puedes quitar la mesa tú sólo”. Y él se sentirá orgulloso de quitar la mesa.
Así aprenden a autoexigirse, que es mucho mejor que tenerlos vigilados 24 horas al día.
Este es un progenitor potenciador, motivador, animador y protector al mismo tiempo.
También pedimos a los niños que estudien pero ¿nos ven a nosotros estudiar, leer revistas de nuestro oficio, ponernos al día en nuestra especialidad?
Hemos de poder decir: “mirad, hijos, nosotros también estudiamos”.

4. Tener iniciativa, inquietudes y buen humor, especialmente con el cónyuge

Estos tres factores son útiles para la autoestima familiar.
El buen humor no debe escasear. La rutina es un enemigo en las relaciones conyugales y con los hijos.
El punto clave es que haya creatividad e iniciativa en la vida de pareja y eso se contagiará a toda la familia.
Las mejores horas deben ser para compartir con el esposo o esposa. Ser papá o mamá no debe hacernos olvidar que somos “tú y yo, cariño, nosotros”.
Creatividad e iniciativa protegen a la pareja de la rutina.
“Cuando sea mayor trataré a mi mujer como papá a mamá”, piensan los niños entusiasmados.
Eso les da autoestima.

5. Aceptar nuestras limitaciones, y las de los nuestros

Hay que conocer y aceptar tus limitaciones, las de tu cónyuge, las de tus hijos.
Es importantísimo no criticar al otro ante la familia, no criticar a tu cónyuge ante los niños, o a un niño ante los hermanos, comparando a un hermano “bueno” con uno “malo”. Eso hace sufrir al hijo y le quita autoestima.
Es mucho mas “sano” llevarlo aparte y hablar.

6. Reconocer y reafirmar lo que vale la otra persona

Seamos sinceros: no tiene sentido que andemos llamando “campeón” a nuestro niño que nunca ha ganado nada.
Si ha perdido un partido de fútbol, no le llames campeón.
Ha de aprender a tolerar la frustración, acompañándolo, eso sí.
También hemos de saber (grandes y pequeños) que somos buenos en unas cosas y no en otras. “Hijo, pareces bueno en A y en B, pero creo que C no es lo tuyo”.
Reafirmemos al otro en lo que vale y se verá a sí mismo como lo que es, una persona valiosa.

7. Estimular la autonomía personal

Uno se hace bueno a medida que va haciendo cosas buenas.
Es importante que lo entiendan los hijos.

8. Diseñar un proyecto personal

No irás muy lejos si no sabes donde quieres ir. Quedarte quieto no es lo mejor, uno tiende a quedarse atrás.


9. Tener un nivel de aspiraciones alto, pero realista

Hemos de jugar entre lo posible y lo deseable.
Si aspiramos alto, nos valoraremos bien, tendremos autoestima. Pero, ¿es factible?
Debemos conjugar un alto nivel de aspiraciones con la realidad de nuestras capacidades y recursos.

10. Elijamos buenos amigos y amigas

El individualismo es el cáncer del siglo XXI.
Nosotros y nuestros hijos estamos atados a máquinas gratificantes: el DVD, la TV, la videoconsola, Internet…
El trabajo en solitario va minando la amistad verdadera.


“Si luchas, puedes perder, pero si no luchas ya estás perdido”.

sábado, 8 de mayo de 2010

Aquí seguimos con los lunes al sol, y los martes y los miércoles...

Os recomiendo esta peli, que aún siendo del año 2002 sigue de tremenda actualidad...
qué larga la lista del paro.... y los años pasan! y nada pasa, a ver cuando salimos